Salud Psico Perinatal

LOS DUELOS SILENCIADOS: PERDER UN EMBARAZO ES PERDER UN HIJO

Usualmente, cuando llega la noticia de un embarazo, se sugiere no contarlo ni comprarle ningún regalo a ese bebé hasta que se cumplan los primeros tres meses de gestación.

La explicación a esto es tan simple como terrible: si el bebé se muere, rápidamente uno puede hacer como si nada hubiese sucedido. La panza aún no ha crecido, no hay objetos que lo recuerden, y nadie incomodará preguntando por este embarazo perdido. Hay que hacer de cuenta que nunca existió, que nada sucedió. Y si, sí sucedió: un hijo ha muerto.

En esta cultura de lo urgente, lo descartable y lo fácilmente reemplazable, pareciera que ante la muerte de un hijo, “no importa, porque ya vendrá otro”, “al menos estabas de poquito” o “si venía con un problema menos mal que lo perdiste”. Y muchas, muchísimas veces, el dolor que produce esta invisibilización de la pérdida duele tanto como la muerte en sí misma.

El duelo que se inicia cuando muere un hijo requiere tiempo, compañía, consuelo, escucha, y mucho, muchísimo amor.

Existe una creencia absolutamente falsa que establece una proporción entre la cantidad de días de vida de ese hijo, y la cantidad de amor y sufrimiento por su pérdida. Suponiendo (erróneamente) que si el bebé falleció en las primeras semanas el dolor será menor que si el embarazo llegó a término o incluso nació con vida, y luego murió.

Contrariamente a lo que muchas personas creen, no se ama más o menos a un hijo de acuerdo al tiempo que ha sido gestado.

La historia de cada hijo perdido encierra sueños, proyectos, deseos, culpas, y miedos que sólo quienes lo atraviesan pueden dar testimonio.

Hacer de cuenta que no existió, lejos de ayudar a atravesar el duelo, sólo esconde un dolor que, tarde o temprano, resurge, se actualiza

Entre todos podemos ayudar a visibilizar estos duelos de los que tan poco se habla. ¿Cómo? Sosteniendo una escucha amorosa y empática, dándole entidad a ese bebé cuya vida no prosperó, evitando hacer comentarios fuera de lugar y, simplemente, preguntándole a esos papás cómo podemos ayudarlos. Que, muchas veces, no es ni más ni menos, que validando su dolor desde el silencio y la compañía.

Ps. Perinatal Carolina Seguí

www.carolinasegui.com

Post a comment

Have a question?