Exterogestación: del útero materno al contacto piel con piel
Todos sabemos que la gestación del bebé comienza en el útero materno y dura 9 meses. Sin embargo, es importante conocer que esta gestación que comenzó intraútero continúa durante, aproximadamente, 8/9 meses más fuera del útero, pero en contacto estrecho con la madre, en sus brazos.
El bebé cuando nace es un ser dependiente, es decir, que no puede valerse por sus propios medios, necesita de otro (función materna) que lo cuide, lo acaricie, lo alimente, responda a sus necesidades que expresa a través del llanto.
Nada más nacer, todos los bebés necesitan seguir en contacto con su madre, con su cuerpo, contacto directo, piel con piel, porque es a ella a la única persona que conocen, ya que fue en su cuerpo donde se gestó los 9 meses; conoce su voz, su olor, sus movimientos, sus latidos; por lo tanto, fuera del útero materno el bebé va a reconocer estas mismas sensaciones y a través de este medio, que es su hábitat (Nils Bergman) es por el cual irá conociendo poco a poco el mundo exterior y podrá ir socializando con su entorno por fuera de la madre, pero a través y en contacto con ella.
Así mismo, a nivel psíquico, y a través de este contacto directo de la díada madre-bebé es que se irá constituyendo su yo. Durante estos primeros meses el bebé considera que su madre y él/ella son uno sólo, no encuentra una separación entre ambos, son una unidad desde su concepción. Recién, a partir, aproximadamente, de los 8 meses es que se irá dando cuenta poco a poco, que no son la misma persona, que la madre no es parte de él/ella, sino que es un ser independiente; esto coincide con la posibilidad motriz del niño/a de poder desplazarse a través del gateo y así alejarse de su figura primaria y lo veremos expresado a través de la tan conocida angustia del octavo mes, una angustia que da cuenta de la tramitación psíquica de esta separación y es con estos indicadores, con los cuales ponemos fin a la denominada exterogestación.
Tanto la madre como el bebé están predispuestos tanto biológica como psicológicamente a estar unidos durante este tiempo. Lamentablemente, la sociedad en la que vivimos no siempre propicia que esto pueda darse de esta forma e interfiere en este tiempo tan primario y fundamental. Esto conlleva problemáticas en el vínculo y en el desarrollo del apego, es decir, en las bases, en los cimientos, de las futuras relaciones sociales.
Por tal motivo, es fundamental, trabajar en pos de propiciar la unión de estos lazos que son los más importantes en la vida de todas las personas.
